jueves, 16 de marzo de 2017

11 La India precolonial

11 La India precolonial

Las culturas que ahora florecen en Egipto y en Oriente Medio tienen pocos parecidos con las que florecieron en esos mismos lugares en la Antigüedad. Las conquistas por parte de griegos, romanos y árabes crearon discontinuidades con su pasado distante. Por el contrario, la cultura hindú que sigue floreciendo en la India actual representa una continuación de la civilización que puede trazar su historia hasta más de tres milenios y medio en el pasado.

La historia de la India es, por supuesto, aún más antigua. En 5000 a. C. se estableció la agricultura en el valle del Indo, donde hacia 2600 a. C. surgió una de las primeras civilizaciones urbanas del mundo, centrada alrededor de las ciudades muy planificadas de Harappa y Mohenjo Daro.

El surgimiento de la cultura hindú. Después de 1700 a. C., las ciudades del valle del Indo entraron en decadencia, posiblemente debido a la llegada desde el oeste de un pueblo nómada, los arios, que hablaban una antigua lengua indoeuropea (conocida como el sánscrito en su posterior forma escrita). Sus primeros textos, una colección de himnos, invocaciones, encantamientos y rituales sánscritos, conocidos como los Vedas, datan de alrededor de 1500 a. C., y marcan el surgimiento del hinduismo. Esta religión politeísta desarrolló una jerarquía compleja y muy colorista de dioses y diosas, muchos de los cuales aún se adoran en la India actual.

«Su boca se convirtió en los brahmanes; de sus brazos nacieron los guerreros, de los muslos el pueblo, y de los pies los siervos».

«Himno del hombre del “Rig Veda”» (c 1500 a. C.), un primer esbozo del sistema de castas.
Los primeros reinos hindúes establecidos por los arios en la cuenca del Ganges eran también rígidamente jerárquicos, con el rey alcanzando el estatus divino después de su muerte. Bajo él se encontraban capas de grupos estrictamente definidos: sacerdotes (brahmanes), soldados y nobles, campesinos y artesanos, y en la base de todo, trabajadores serviles. A lo largo de los milenios esta estructura sancionada por la religión se volvió cada vez más rígida, y forma la base del sistema de castas hereditarias que aún desempeña un papel importante en la sociedad india moderna, a pesar de los esfuerzos de los reformadores para abolirla.

Alrededor de 500 a. C. surgió una serie de nuevas sectas religiosas, en especial el jainismo y el budismo. Éstas se liberaron de la panoplia colorista de dioses hindúes, pero compartieron muchos de los conceptos centrales del hinduismo, como el ciclo de muerte y renacimiento (samsara), la idea de que los individuos sufren las consecuencias de sus acciones (karma), y el concepto de dharma, interpretado como «ley», «vía», «deber» o «naturaleza».
Flujo y reflujo del poder. En líneas generales, la India antigua abarca un mosaico de reinos pequeños, pero hubo épocas en que un gobernante o una dinastía consiguió dominar a otros muchos. Uno de esos gobernantes fue Chandragupta Maurya (reinado 321-297 a. C.), que fundó la dinastía maurya, centrada en el reino de Magadha en Bengala occidental. Chandragupta conquistó la mayor parte del norte del subcontinente, desde Afganistán en el oeste a Assam en el este, y por el sur llegó hasta la meseta del Decán. El nieto de Chandragupta, Asoka (reinado 272-232 a. C.) convirtió las conquistas del abuelo en un imperio centralizado y administrado según los preceptos budistas: Asoka era especialmente consciente de las obligaciones del gobernante para hacer las cosas correctas.

Después de Asoka el poder de los maurya se fue desvaneciendo. No será hasta el siglo IV d. C. cuando otra dinastía, los gupta, construya un imperio que se pueda igualar al de Asoka. Los gupta propiciaron una edad dorada en las artes y las ciencias, pero el imperio gupta se desmembró a mediados del siglo VI. Partes del imperio se reunificaron brevemente a principios del siglo VII bajo un gobernante budista llamado Harsha. Después de esta época se desvaneció la influencia budista en la India, aunque echó raíces más permanentes en el sureste de Asia, el Tíbet, China y Japón.

Cronología



La India musulmana. El primer contacto de la India con el islam se produjo en 711, cuando un ejército árabe invadió Irán y ocupó el Sind, la región alrededor de la desembocadura del Indo. Las siguientes invasiones musulmanas llegaron desde una dirección diferente, desde Afganistán en el noroeste, y estuvieron dirigidas por una variedad de gobernantes de origen turco. Las incursiones se iniciaron a principios del siglo XI, pero no fue hasta 1206 cuando se estableció el sultanato islámico de Delhi. Éste fue el primero y el más poderoso de una serie de estados musulmanes creados por todo el norte de la India a lo largo de los siglos siguientes, durante los cuales una minoría significativa de indios se convirtió al islam. Sin embargo, el hinduismo siguió ocupando el poder en el sur, donde el imperio Vijayanagar resistió durante unos 200 años hasta su colapso final en 1565.

La edad dorada de los gupta

El período del imperio gupta, del siglo IV al VI d. C., se considera en la India como una edad dorada. En literatura, la antigua épica hindú en sánscrito, el Mahabharata alcanzó su forma definitiva, mientras que el gran poeta Kalidasa —al que se ha descrito como el Shakespeare del sánscrito— creó épicas nuevas, junto con poesía lírica y dramas. En arquitectura, uno de los monumentos gupta más grandes es el ornamentado templo Mahabodhi en Bodh Gaya, el lugar donde el Buda consiguió la iluminación, mientras que el misterioso Pilar de Hierro de 7 metros en Delhi —que hasta el día de hoy no muestra la mínima señal de oxidación— es un logro metalúrgico sobresaliente. En ciencia, el astrónomo Aryabhatta demostró —entre otras cosas— que la Tierra gira alrededor del Sol y rota sobre su propio eje, mientras que el tratado astronómico y matemático conocido como el Surya Siddhanta contiene una definición de la función del seno usada en trigonometría. Sin embargo, lo más significativo fue el desarrollo del sistema numérico decimal y el uso del cero, innovaciones que después fueron recogidas por los matemáticos musulmanes y finalmente llegaron a Europa.

El invasor turco-afgano que tuvo un impacto más duradero fue Babur de Kabul, que en 1526 derribó el sultanato de Delhi y estableció una dinastía que conquistó todo el subcontinente, excepto la punta meridional. Éstos fueron los mogoles, llamados así porque pretendían descender de los mongoles turcos de Asia central. Los mogoles presidieron una cultura cortesana magnífica, notable por su poesía de influencia persa y sus delicadas miniaturas. También fueron responsables de algunos de los mejores edificios de la India, desde el Fuerte Rojo de Delhi hasta el Taj Mahal en Agra. Bajo el nieto de Babur, Akbar el Grande (reinado 1556-1605), la India alcanzó un grado de unidad desconocido hasta el momento, en parte debido a su política de animar a los hombres capaces de la mayoría hindú para que participasen en la administración de su imperio.

Sin embargo, bajo el emperador Aurangzeb (reinado 1658-1707) se abandonó la tolerancia religiosa en detrimento de la unidad política y la eficacia administrativa. El poder en todo el continente se concentró cada vez más a nivel local, y las luchas y debilidades internas convirtieron a la India en una presa relativamente fácil para los europeos que, después de encontrar una ruta marítima hacia Asia, buscaban la explotación de las enormes riquezas del continente para su propio provecho.

La idea en síntesis:
una de las civilizaciones más antiguas del mundo
Cronología


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